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En el Museo de la Inmigración Japonesa al Perú “Carlos Chiyoteru Hiraoka” se exhiben paneles sobre el proceso y contexto en que surgieron las primeras organizaciones japonesas en el Perú.
Éstas se crearon debido a la necesidad de contar con organismos que facilitasen el conocimiento y la ayuda mutua entre los inmigrantes japoneses. Las primeras agrupaciones surgieron en cada una de las haciendas. Más tarde también nacerían agrupaciones que congregaban a los japoneses que provenían de la misma prefectura (kenjinkai) o residían en los mismos barrios, estableciendo fuertes lazos entre ellos.
Con un carácter más formal surgió en 1910 la Sociedad Japonesa de Camaradería (Nihonjin Doshikai) en Lima, que posteriormente cambió su nombre al de Asociación Japonesa. En 1912 nacería también la Sociedad Japonesa.
Ambas organizaciones se fusionaron para la creación de la Sociedad Central Japonesa del Perú en 1917, su fundación determinó la creación de sociedades similares en otras regiones del país.