Primera inmigración

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Perú fue el primer país de Latinoamérica con el que Japón estableció vínculos diplomáticos formales, con la firma en 1873, del Tratado Preliminar de Paz, Amistad, Comercio y Navegación, vínculo que posteriormente permitió la inmigración japonesa al Perú.

Para finales del siglo XIX, las grandes haciendas azucareras de la costa peruana necesitadas de mano de obra para la expansión de su industria establecieron contratos con la Compañía de Emigración Morioka para que 790 campesinos japoneses vinieran al Perú a trabajar en las haciendas.

El 3 abril de 1899, con la llegada de este primer grupo, se inicia la inmigración japonesa por contrato al Perú, que al concluir en 1923, había enviado en 102 viajes, un total de 18,258 japoneses, 15,887 varones, 2,145 mujeres y 226 niños.

La imagen muestra a un grupo de aquellas mujeres y niños que trabajaron en las haciendas de Cañete.